Muchas veces recurrimos a la palabra de origen francés
“cliché” para describir una idea, gusto o elemento estético que ha sido
utilizado recurrentemente. Es un asunto, frase, expresión o acción que ya ha
sido usada en exceso. También puede indicar una fórmula o arquetipo muy repetido.
La mayoría de estas acepciones se pueden aplicar a otra expresión
que denota casi el mismo significado; “lugar común” que corresponde más a su uso en el
lenguaje verbal. Sabemos que
culturalmente, al convivir en una sociedad que se rige la mayoría de las veces
por patrones de comportamiento aprendidos, producimos asociaciones a partir de
ideas comunes y las asumimos como verdaderas.
Para referirse a lo “cliché” en nuestros jardines se puede usar también el concepto: “lugar común”, cuando, como vamos a ver con los ejemplos, se abusa
tanto de una idea que llega a ser considerada como viciosa por tener un uso excesivo o
gastado. Son estas fórmulas o clichés nociones fijas admitidas ampliamente como esquemas
formales o conceptuales y que son repetidos con demasiada frecuencia. En paisajismo y jardinería suelen aparecer como normas aceptadas, como preceptos o pautas convencionales. Estas “soluciones”
que se repiten hasta la saciedad son conocidas y usadas tanto que llegan a
considerarse vulgares u ordinarias. Suelen demostrar falta de imaginación y
originalidad de las personas que por ignorancia o “austeridad intelectual” no
se toman la molestia de consultar otros planteos más actualizados o renovadores.
Muchas veces del colectivo surgen los estereotipos que de manera inconsciente se repiten hasta el empacho sin que alguien se permita algún cuestionamiento a la escasa erudición. Si reconocemos estos
patrones repetitivos podemos llegar a discernirlos y pensar cómo discriminarlos para pasar la
página hacia una resolución más imaginativa y de mayor creatividad.
En adelante haré una recopilación de esos clichés o lugares
comunes con ese propósito.
1-Pintarrajear la base de los árboles
Según lo que he investigado y encontrado en varias fuentes de internet el blanqueado del tronco de los árboles
se realiza aún en muchas partes del mundo como una práctica heredada de la
fruticultura de las zonas frías, donde puede ayudar a los árboles recién
plantados, injertados o podados para protegerlos de los cambios bruscos de
temperatura a finales del otoño e invierno.
El encalado conduce a que el árbol
experimente una enfermedad que se llama “clorosis inducida por cal”, cuyos
síntomas son el amarillamiento del follaje y la disminución de la capacidad para realizar
la fotosíntesis.
Los árboles necesitan respirar y por el
tronco lo hacen a través de unas aberturas especiales llamadas lenticelas. El
blanqueado obstruye estos poros disminuyendo el intercambio gaseoso y por
consiguiente el metabolismo normal. Esto pueden causar la muerte de partes del cambium. El encalado es más lo que perjudica que lo que beneficia a los árboles.
Las plagas y las enfermedades tienen
muchas vías de dispersión diferentes a trepar por el tronco. El viento y el
agua son sus principales vehículos de propagación. Es un engaño pensar que con
el encalado se evita que un árbol se enferme.
Como dice una de mis fuentes: Qué más estético que un árbol sano,
fuerte y vigoroso, con un tronco que enseñe su corteza intacta, color y aspecto
característico. En las grandes ciudades del mundo, con árboles bellos y
espectaculares, no se practica el encalado. El encalado es un indicador de baja
cultura en el cuidado de los árboles.
http://www.rivasdaniel.com/Articulos/Por_que_no_encalar.htm
2-Hacer un círculo de plantas debajo de cada árbol.
3-Hacer un borde para cada sendero
4-Atomizar o simplemente dispersar
5-Mezclar o hacer un popurrís
6-Atomizar o dispersar por temor al vacío
7-Utilizar falsos históricos
8-Fuentes de falsas piedras
9-Uso exclusivo de plantas exóticas ignorando nuestra diversidad
ecológica.
10-Bordes de superficies enzacatadas con recorte exagerado
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