Foto de Peter Clarke. La entrada al jardín amurallado, Illnacullin, Condado de Cork, Irlanda.
Ilnacullin es una maravillosa isla jardín, un paraíso creado por Harold Peto. La isla está situada en la entrada abrigada de la bahía de Bantry, Irlanda, se conoce también como Garinish, cuenta con hermosas vistas al mar y las montañas que rodean el territorio. La mayor parte del año presenta un clima suave debido a la influencia de las aguas ecuatoriales calientes de la Corriente del Golfo. El acceso a la isla se realiza a través de un pequeño ferry y autobuses acuáticos y dura algunos minutos desde Glengarriff, según algunos viajeros es uno de los viajes en bote más costosos en Irlanda; 5 libras por persona adulta, los niños pagan un poco menos. Es recorrido por alrededor de 80.000 visitantes al año.
Mapa de Ilnaculin y su ubicación en Irlanda
Mapa del conjunto
http://www.tripadvisor.es/LocationPhotos-g186600-d216044-Ilnacullin_Garnish_Island-Cork_County_Cork.html
Ilnacullin mide aproximadamente 15 hectáreas, es famosa entre los arquitectos paisajistas, los horticultores, los amantes de los árboles y arbustos de todo el mundo por ser un jardín insular de una belleza poco habitual. Ilnacullin, que significa la “isla del acebo”, fue en el pasado un pedazo de roca estéril, sin casi ninguna intervención humana a excepción de una torre de tipo militar “Martello”, que es una pequeña fortaleza para la defensa de las costas de forma circular. Este es un jardín que se creó en las primeras décadas del siglo pasado. Nadie diría ahora que en algún momento fue un pedazo terreno rocoso azotado por el viento.
Ilnacullin fue comprado por Annan Bryce al British War Office en 1910. Bryce era un hombre de negocios de Belfast. Las tropas dejaron la isla en 1825, y sólo un aldeano o dos se mantuvieron con el cultivo de papas, el pastoreo de ganado, el pasto de corte de las turberas era escaso. Annan Bryce comisionó a Harold Peto, renombrado arquitecto inglés y horticulturista para diseñar y transformar la isla en un jardín de grandes dimensiones. Los planes de Bryce para este fragmento de terreno tan poco prometedor eran ambiciosos: construir una mansión rodeada por una rica área de plantación, sin embargo al final hubo de integrar un paisaje naturalista, con sectores de intensa formalidad italiana, un programa más mesurado.
Annan Bryce nunca llegó a construir la mansión, sin embargo se concentró en los jardines, los cuales fueron diseñados por Harold Peto. Antes hubo de pensar qué hacer con amplios sectores rocosos, donde no se podía sembrar nada por estar la roca desnuda. En muchos sectores había solo una fina capa de tierra. Con más de 100 hombres trabajó entre 1911 y 1914, comenzando con la voladura las rocas, movimientos de suelos e importación de tierra a la isla, de forma que la capa superior del suelo y el estiércol para abonar se importaron desde el continente. A pesar de estos preparativos y de la gran inversión se trataba de una apuesta audaz. Sin embargo, Bryce confiaba en que el clima templado y húmedo (con más de 180 cm de lluvia al año) le permitiría crear una isla paradisíaca llena de especies raras y por supuesto las locales.
Annan Bryce estaba en lo cierto al hacer tan importantes sustituciones de suelo y mejoramiento de los sustratos. Empezó a crear una importante colección de especies exóticas que llevó a la tierra y las condiciones proporcionadas artificialmente fueron ideales para su crecimiento. Después de su muerte en 1923, su esposa Violeta y su hijo Rowland, con la inestimable ayuda de Scotsman Murdo MacKenzie continuaron realizando el trabajo. Cuando Rowland murió treinta años después, le legó el jardín de la isla al pueblo irlandés, y ahora es administrado por Dúchas, the Heritage Service (Servicio de Patrimonio). El Bryces y los MacKenzie dejado un monumento a la increíble tenacidad y a una exitosa muestra al asumir costosos riesgos.
Peto estableció las trayectorias de los senderos; se plantaron árboles, arbustos y plantas con flores de todo el mundo creando una isla de belleza exquisita. La construcción comenzó con un jardín amurallado y la torre de reloj. El elemento central es un precioso jardín italiano con una piscina rodeada por una columnata, una Casita Italiana, y un pabellón.
Dentro de todo el conjunto, una de las zonas más interesantes de los jardines es la Casita Italiana, cercana al estilo de una casa de té japonesa, cuenta con magníficas vistas a un gran lago, un área con camelias y rododendros raros (en flor desde diciembre a agosto), mirtos, magnolias y un sinnúmero de plantas herbáceas, como los helechos arborescentes (Dicksonia antarctica y Cyathea dealbata), el pino kauri (Agathis australis), y el Rimu (cupressinum Dacrydium) de Nueva Zelanda.
La isla está llena de sorpresas hortícolas muy raras, como la Colorata pseudowintera, con hojas aromáticas multicolores, que crece como un subarbusto en su Nueva Zelanda natal, pero en Ilnacullin tiene más de 6 metros de altura. Algunas plantas de jardín que se reproducen por semillas han llegado a casi convertirse en malas hierbas, incluyendo Leptospermum y Gaultheria. En cada grieta, hay plantas de Griselinia, una planta de cobertura amada por jardineros suburbanos y de zonas costeras. La lista de plantas excepcionales puede ocupar una página de periódico entera. Los nuevos ejemplares se añaden continuamente, siendo los más recientemente, las coníferas, Fitzroya cupressoides, y la planta trepadora, Berberidopsis corallina, que fueron enviados a través de los Jardines Botánicos de Edimburgo.
Este ejemplar de Rhododendron macabeanum x sinogrande es un híbrido natural de la isla de Ilnacullin, West Cork. Plantado desde una semilla en 1975, se ha formado un pequeño árbol de aproximadamente 5,5 metros de altura y es ahora el mayor rododendro en Earlscliffe. http://www.earlscliffe.com/previous_2001.htm
La decisión de Peto de inclinarse por un estilo arquitectónico del renacimiento italiano junto a un estilo de plantación formal fue una combinación brillante que resultó más hermosa debido a las condiciones insulares del área. Tiene una mezcla muy bien lograda de jardines formales e informales. Aunque se estén observando los jardines con un fuerte carácter italiano, se puede distinguir una influencia muy fuerte del estilo japonés que se fusiona por todo el diseño. Esto es particularmente evidente en el templo Griego que enmarca la montaña de Sugarloaf (en las montañas de Caha) de una forma que es altamente sugestiva del Monte Fuji en Japón.
Alrededor del lago hay una gran cantidad de interesantes bonsáis, algunos de los cuales tienen más de 300 años de antigüedad. El establecimiento de árboles y de arbustos suramericanos y orientales resulta todo un atractivo, tal es el ejemplo del mirto de Chile que puede ser visto en el claro conocido como "Valle Feliz". Hay una zona de helechos de Nueva Zelanda, la colección de bonsáis y una rocalla japonesa.
Los jardines han quedado enmarcados por la bahía de Bantry, algo que los hace aun mucho más espectaculares a nivel visual. Debido a su localización, generalmente los fuertes vientos destruirían las plantas pero en 1928, un jardinero escocés nombrado Murdo Mackenzie, quien estaba a cargo del jardín, solucionó el problema; pensó en los tapavientos en líneas continuas hechas de pino escocés y de Monterrey para ayudar a romper los fuertes vientos. Estos cinturones de protección también se plantaron con cipreses y abetos.
El jardinero jefe, Bernard O'Leary señala: "Estas plantas no eran fáciles de conseguir en la época, ahora usted puede conseguir casi cualquier cosa a través de Internet. Si se tuviera en mente una sola planta que ha superado difíciles condiciones es: Dacrydium que vino de los Jardines Botánicos en Glasnevin, donde había estado creciendo en un invernadero, el curador estaba seguro de que no sobreviviría fuera en West Cork, pero a MacKenzie le encantó probar que estaba equivocado".
Esta extraordinaria combinación de habilidad arquitectónica y destreza hortícola ha hecho que la demanda de visitas sea muy intensa. Hoy esa frágil isla con una lograda integración de áreas de siembra e infraestructura está siendo sometida a mucha presión por ser un destino con cientos de excursiones en autobús. Según describe Jane Powers, los caminos estrechos y espacios abiertos se llenan de turistas, muchos de ellos desconocen las maravillas que se han logrado a base de mucho trabajo, y años de esfuerzo en una isla antes poco prometedora. Los teléfonos móviles e incluso walkie-talkies se hacen oír por encima del bullicio constante de la voz humana y los gritos. El pequeño, pero dedicado personal luce abrumado con un negocio que demanda mucha gestión de su personal. Lo mejor es visitar el lugar en primavera u otras épocas de baja afluencia de turistas, cuando es posible que pueda recuperar algo de su encanto y su frágil magia.
Esta es una recopilación de páginas que se enumeran, tiene traducciones libres de párrafos seleccionados a mi criterio, y está hecho con el propósito de dar a conocer obras de extraordinario valor para paisajistas y amantes de los jardines.