lunes, 20 de mayo de 2019

Diseño de ecotonos paisajísticos

Por Arquitecto y Máster en Paisajismo y 
Diseño de Sitio de la Universidad de Costa Rica

Se afirma que el paisajista debe contar con buenas dotes de observación además de otras muchas habilidades. La observación cuidadosa y consciente de la naturaleza para comprender y conceptualizar los diseños de paisaje es en sí una habilidad en la que hay que adiestrarse. Cuando se nos presenta un problema a resolver, podemos recurrir a los libros e información en línea y consultar especialistas como parte del análisis de sitio. Pero con la observación cuidadosa que se puede recopilar información y datos de primera mano. Es en el mirar alrededor, a la naturaleza, cuando se revela en toda su magnitud la riqueza de vida, el resultado de lo que la evolución ha ido generando para optimizar una solución singular, y es posiblemente el lugar que nos inspire para dar una resolución satisfactoria. Esa singularidad es exclusiva y repuesta directa a una particular combinación de factores ambientales, en condiciones similares lo observado es una fuente de inspiración. 


Vista del encuentro de dos ecosistemas, la selva del bosque tropical y el canal, con la resultante de un borde, rico en especies hidrófilas. Sobresalen el Philodendron radiatum Scotr (Aracea) y  Montrichardia arborescens (L.) Schott (Araceae) Canales, Parque Nacional de Tortuguero (Costa Rica). Foto de http://www.plantasyhongos.es/herbarium/paisajes-htm/Costa-Rica_tortuguero-canales.htm

A una observación de este tipo, que no es estadística sino que se centra en las características, se le llama cualitativa ya que se enfoca en los cinco sentidos: vista, olfato, tacto, gusto y oído. De esa observación cualitativa, (que puede hacerse junto a especialistas como botánicos y con equipos como geolocalizadores, u otros insumos técnicos),  es donde empezamos a descubrir y se nos revelan las claves para leer el territorio y comprender el porqué determinada área cuenta con ese paisaje y los factores que lo configuraron. Las giras técnicas, con estudiantes o asistentes, si es el caso, pueden ayudarnos a convertirnos en observadores curiosos,  y si prevemos unas buenas estrategias de la observación y su análisis, descubriremos el mundo de relaciones y procesos de la naturaleza.


Leer el paisaje, es también familiarizarse con los ciclos naturales. Hay una dimensión temporal en la naturaleza donde nada es igual al día anterior. En los ciclos vitales las actividades de plantas se suceden con los cambios de estación. Dentro de la infinidad de áreas que el paisajista puede observar con detenimiento están los ecotonos.

Ecotono

Ecotono se llama a la transición entre dos ecosistemas distintos. Es un territorio fronterizo donde entran  en tensión los márgenes ecológicos de biomas adyacentes. El término técnico ecotono lo acuña el biólogo norteamericano Frederic Edward Clements (1874-1945) usando dos vocablos griegos Oikos (griego:οἶκος, plural: οἶκοι), el equivalente al término "casa" y griego tono (τόνος, “tensión”) para expresar un área de transición. Él lo explica por primera vez en un texto llamado Research methods in ecology o en español Métodos de investigación en ecología. Habla de un "efecto de borde” donde, dada la confluencia de entre dos ecosistemas limítrofes, se presenta una mayor densidad y variedad de organismos. Los ecotonos son considerados los hábitats de mayor diversidad genética  ya que son a la vez puentes de "flujo genético" entre poblaciones contrastadas. Muchas especies necesitan de estas áreas de transición para efectos de búsqueda de condiciones favorables para alimentarse, reproducirse y muchos  son también residentes permanentes de estas circunstancias particulares. Se ha observado que la composición de fauna y de flora es mayor que la suma parcial de los componentes de las comunidades adyacentes.


Cuando se despeja un área para dejar claros para propósitos utilitarios, como son las áreas de jardín o prados, con el tiempo se establecen esas especies que se favorecen de esas condiciones ambientales y prosperan solas en los primeros estadios de sucesión-regeneración. Este es el caso de este borde en la Jardín Botánico Robert y Catherine Wilson en San Vito de Coto Brus, Costa Rica, con la presencia de helechos arborescentes y algunas zingiberales. 

Hay ecotonos que se generan por condiciones naturales, por ejemplo cuando se encuentran dos grandes tipos de biomas, son por ejemplo los manglares, lugar de confluencia entre los mares y la tierra, también el encuentro de la selva y la sabana, ocurren a diferentes escalas. Los hay también producto de factores humanos,  como el caso campos agrícolas vs bosques, o potrero vs bosque ripario. Es comparado con una membrana permeable que permite el intercambio de materia y energía entre los hábitat así como también regular flujos en una o varias direcciones entre los biomas y por tanto también ejerce una función de control de los procesos ecológicos.

El ecotono paisajístico

El ecotono paisajístico, es una evocación a menor escala de lo que se percibe observando los procesos ecológicos, especialmente donde ha habido fragmentación por las alteraciones antrópicas que inducen a la aparición de bordes. Un ecotono de borde se genera por un límite entre diferentes comunidades y en este caso debido a perturbaciones naturales o humanas. El caso de la frontera agrícola es un buen ejemplo en que se contraponen los cultivos vs bosque natural. Allí surge en contraste entre unidades de paisaje, ya sea de manera abrupta o en estadios sucesionales. Pueden presentarse condiciones como gradientes con especies tolerantes a la luz y especies de sombra. Es decir que hay ecotonos que se dan en pequeña escala por una gradación microclimática o microedáfica entre otros factores. El efecto de borde se presenta en esa área de transición donde un límite abrupto entre dos o más agrupaciones vegetales.

En las obras de paisajismo nos enfrentamos regularmente con estos sitios, áreas o unidades donde se encuentran  y mezclan condiciones ambientales dispares, cada una con características estructurales y funcionales distintivas, por ejemplo; un bosque ante un prado, una laguna ante un área ajardinada, un bosque ripario frente a un huerto y otros por el estilo, son ecotonos de un alcance variable pero son zonas de interface, que si se planifican bien, pueden llegar a ser los lugares más diversos e interesantes de la obra paisajística.

Una rocalla es un espacio propicio para potenciar la complejidad de organismos que se puedan beneficiar de una situación con ciertas particularidades.  Las rocallas tienen mucha popularidad en horticultura, especialmente si las rocas son de la localidad ya que hay un gran abanico de plantas y animales que prosperan en estas. El grupo de plantas llamadas rupícolas, que son plantas con adaptaciones para vivir en ambientes rocosos, con pendientes fuertes o acantilados son las indicadas porque resisten la sequía y los ambientes pobres en nutrientes.

Hay rocallas umbrías, se dan en gargantas rocosas estrechas y profundas, valles estrechos muy escabrosos, u otros sitios similares y otras zonas umbrías donde la sombra es predominante. Hay que considerar en el diseño que se tenga un drenaje rápido con una buena permeabilidad.


Un buen ejemplo de una rocalla umbrosa es este jardín dentro un pequeño invernadero dedicado a las orquídeas miniatura, colocadas sobre todo sobre ramas y troncos, en el Jardín La Laguna en Curridabat, Costa Rica. Predominan sobre las rocas las begonias, sellaginelas y helechos.

Los bordes de lagunas, no importa en tamaño o si es artificial o natural, es ideal para generar  distintos microrelieves y topografías, y nos podemos inspirar en la estructuración fisiográfica y ecológica del área. Hay que considerar que es un lugar de interacción y transición caracterizada por la confluencia de unos ecosistemas con características propias distintivas.

Un sistema ribereño es un ecotono ripario ya que los ríos son los más dinámicos paisajes del ecosistema. Son modeladores del relieve y a la vez generadoras de comunidades riparias que son asociaciones que solo ocurren en las adyacencias del cauce o en sus zonas de inundación y que se caracterizan por reunir vegetación que establece un equilibrio con esa superficie fluvial. Las riberas se destacan paisajísticamente porque permiten que prospere una gran diversidad de flora y fauna que son indicadores de la calidad ecológica de los ríos. Es un valioso recurso si existe un cauce de quebrada o río en el terreno donde se quiere trabajar en un proyecto  paisajista ya que permite enriquecer la dinámica del borde.

En síntesis,  la observación cualitativa es en sí parte de una metodología, que nos sirve resolver retos de diseño. Es también la forma de ir creando sus propias estrategias que pueden derivarse del estudio e interpretación del propio ecotono. Pautas como; adaptar nuestro problema al ecotono observado adoptando en parte su resolución.

Otra estrategia es identificar los estadios de “la dinámica sucesional de la vegetación”, especialmente las primeras etapas. Puede ser muy rico ver lo que sucede en el tiempo en áreas alteradas por fenómenos naturales o intervenidas por el ser humano, como los bordes de una carretera, linderos de fincas agropecuarias. Con esa información bien documentada se pueden identificar especies pioneras que son poco exigentes y que prosperan en ambientes perturbados descubiertos, un poco estériles. Muchas veces lo que predominan son las especies como herbáceas y arbustos de ciclo de vida corto, son poco exigentes y su desarrollo es rápido. Esta colonización de espacios vacíos, tienen la capacidad de suavizar las condiciones ambientales que facilitan la llegada de otras especies y muchas veces ocupamos de la resistencia de ellas para tener éxito en proyectos cuyo presupuesto e bajo o en que se exigen bajar los costos de mantenimiento.

Los ecotonos son y serán fuentes de información valiosos en tiempos críticos ambientalmente, como los actuales, en que el cambio climático avanza avasallando con ecosistemas que no sabemos cómo responderán ante eventuales extremos climáticos. Las especies de más tolerancia y adaptabilidad nos ayudarán a contrarrestar muchos de los efectos menos deseables y serán como un ejército silencioso que puede defendernos o suavizar los efectos de nuestros propios yerros, descuidos y desaciertos cometidos en nuestra relación con el medio natural.