El círculo cromático es quizá el esquema más sencillo y más influyente jamás creado para poner los colores en correlación. Se basa en los colores del espectro propuesto por Newton tal y como en apariencia los visualizó.
Es fácil comprender su importancia para la formación de los criterios de color que se aplican en diseños de arquitectura de paisaje. El círculo cromático que detallaremos es el de los artistas pictóricos, basado en el rojo, amarillo y azul. Es un esquema bidimensional creado con el llamado sistema sustractivo de los colores, (aunque es imperfecto) es el que solemos utilizar los profesionales que trabajamos con pintura, tejidos, plantas con o sin flores y otros materiales reflectantes.
A la izquierda el dibujo original del círculo cromático diseñado por Sir Isaac Newton en 1666. Se encuentra en su libro Optics. A la derecha su apariencia con los matices valorizados.
Es fácil comprender su importancia para la formación de los criterios de color que se aplican en diseños de arquitectura de paisaje. El círculo cromático que detallaremos es el de los artistas pictóricos, basado en el rojo, amarillo y azul. Es un esquema bidimensional creado con el llamado sistema sustractivo de los colores, (aunque es imperfecto) es el que solemos utilizar los profesionales que trabajamos con pintura, tejidos, plantas con o sin flores y otros materiales reflectantes.
Lo importante para nosotros los paisajistas que usamos pigmentos (naturales y artificiales) es que con cada obra que nos encargan es imprescindible un criterio del uso del color claro y contundente. El círculo cromático es la herramienta más usada de todas las que existen para crear relaciones armónicas o de contraste del color derivados de este esquema básico.
Historia de los círculos cromáticos
El primer círculo cromático del color lo idearon teóricos posteriores a Newton. El había hecho una división del espectro en siete colores ideados arbitrariamente. En el arco iris no existen esas marcadas separaciones de colores planos que parecen responder a su obsesión con la numerología. El primer círculo cromático de colores equidistantes lo creó el grabador Moses Harris en 1776 con el nombre Sistema Natural de los Colores. Contenía 18 tonalidades fundamentales.
A partir de este simple artificio se crearon una serie de patrones de orden de forma geométrica radial con muchos otros niveles de interpretación. Casi siempre se basaron en una distribución equidistante de los colores primarios, sean cuales fueran. Fácilmente se pueden extrapolar o sobreponer factores geométricos, simbolismos y otras abstracciones a este esquema tan fundamental. Fue el primer paso para que de allí surgieran la mayor parte de los sistemas de armonización que rigen las teorías más influyentes en el arte. A partir de éste se crearon otros círculos cromáticos más efectivos en cuanto a su manejo como el que propuso Goethe.
Círculo cromático de Moses Harris.
A partir de este simple artificio se crearon una serie de patrones de orden de forma geométrica radial con muchos otros niveles de interpretación. Casi siempre se basaron en una distribución equidistante de los colores primarios, sean cuales fueran. Fácilmente se pueden extrapolar o sobreponer factores geométricos, simbolismos y otras abstracciones a este esquema tan fundamental. Fue el primer paso para que de allí surgieran la mayor parte de los sistemas de armonización que rigen las teorías más influyentes en el arte. A partir de éste se crearon otros círculos cromáticos más efectivos en cuanto a su manejo como el que propuso Goethe.
Círculo del color de Goethe
Círculo de color de Goethe: cerca de 100 años después de que Newton descubriera el espectro de colores de la luz, el escritor Goethe nos legó una herramienta muy útil cuando creó su versión del círculo del color. En contraste con el círculo de color basado en el espectro de Newton, con siete ángulos de colores desiguales y subtendidos, Goethe propuso un círculo de color simétrico, el cual comprende el de Newton y los espectros complementarios. Para Goethe, el círculo de Newton no exponía la simetría y la complementariedad que él consideraba como una característica esencial del color.
Goethe tomó la banda de los colores, tal y como aparecen en el espectro, y sin cambiar el orden natural, juntó los finales para formar un círculo creando su versión del círculo cromático.
El no hizo ningún cambio en el orden de los colores excepto remplazar el índigo y el violeta por un solo color: el púrpura. Este es el que le pareció más cercanamente relacionado con ambos. El resultado final fue una rueda de color dividida en seis partes. Una vez construida esta rueda de color, Goethe notó algo que le pareció totalmente excitante; los colores que pueden ser mezclados estaban entre los tres colores que no podían ser mezclados. Es decir que el rojo, amarillo y azul son los tres colores que no se derivan de mezclas de otros y no contienen trazos de ningún otro color. Por el contrario, el verde es el resultado de mezclar azul y amarillo, etc. Goethe denominó como colores primaros a los colores que no provienen de mezclas y los que se derivan de la mezcla los primarios se llaman secundarios y pueden ser extendidos con mezclas entre los anteriores hasta lograr colores terciarios.
Los arquitectos paisajistas debemos estudiar con el rigor de cualquier artista los esquemas y patrones usados en cualquier arte para combinar con habilidad los colores. Las obras de paisajismo son un campo de exploración que permite explotar plenamente el lenguaje del color. Se tiende a pensar que hay reglas absolutas para la combinación de los colores, pero en realidad no hay combinaciones intrínsecamente correctas o incorrectas.
Parque público en Brujas, Bélgica que muestra un esquema de armonizaciones entre amarillos, verdes y naranjas contrastados con morados, púrpuras y magentas. Foto de Guillermo Chaves.
En cada cultura y cada época hay convencionalismos sobre el modo de combinar colores con base en los recursos que aporta el medio y que muchas veces se pueden asociar a grupos culturales específicos. Sin embargo, como profesionales debemos estar familiarizado con las diferentes teorías sobre armonías y contrastes del color y conocer los principios que las rigen. Se puede ser un creativo nato y percibir relaciones armónicas y discordantes de una manera natural pero también podemos aprenderlas y sofisticarlas partiendo de una base teórica y una práctica común.
Los colores pueden ser combinados y pueden influir entre sí de muchas maneras y hay que tener esto muy presente. Algunas veces el aspecto de un color depende de su contexto, e influyen factores como la luz, su ángulo de incidencia, tamaño o área del color y su efecto de conjunto, etc. El cómo relacionar los colores, sobre todo en un entorno para recreación y disfrute del ser humano es una habilidad que hay que ejercitar lo más que se pueda en el campo. Hay que estudiar lo escrito sobre el color y lo que otros paisajistas hacen con gran suceso. Una capacidad indispensable del diseñador es de saber comunicar efectivamente utilizando el color.
Jardín del Rey en Versalles y sus parterres con Dalias, crisantemos y otras especies con flor mostrando un esquema que explora tando en contraste cromático como las armonización de gamas. Foto de Guillermo Chaves.
Derivados del círculo cromático, se pueden enumerar una serie de diagramas que hacen una marcada relación entre los matices que están diametralmente opuestos unos con otros o están adyacentes a los opuestos, Se derivan una serie de armonías, que pueden ser por identidad, armonías por similitud, armonías monocromáticas de diverso tipo, y muchos otros ejemplos largo de enumerar pero que voy a desglosar en otros pequeños artículos. Y que voy a denominar HERRAMIENTAS DE COLOR PARA EL PAISAJISTA.
Algunos de ellos son: Diagrama de contrastes complementarios. Armonías por Contraste. Los pesos visuales.Diagrama de armonías y discordia del color. El colorido. El Gamut y las gamas. Ecos de color. Enlace con el entorno.El colorido. Cartas de color de uso paisajístico. Tabla analítica florígera. Estudio de esquemas preexistentes y las que los lectores me sugieran.
Herramienta N°2 en http://paisajimopueblosyjardines.blogspot.com/2011_07_01_archive.html
Contrastes de colores complementarios. HERRAMIENTA N°2
Herramienta N°2 en http://paisajimopueblosyjardines.blogspot.com/2011_07_01_archive.html
Contrastes de colores complementarios. HERRAMIENTA N°2
El diagrama de contrastes complementarios es una derivación casi obvia del círculo cromático. Con éste se define una relación entre los matices que se encuentran diametralmente opuestos, a 180 º entre uno y otro matiz y unidos por el diámetro de la circunferencia. Estos colores son los llamados "colores complementarios" o también "colores opuestos". Con ellos desarrollamos un tipo de contraste cromático el cual se suele usar en paisajismo cuando se requieren esquemas fuertemente llamativos. Al superponer uno de estos colores sobre un fondo de su color opuesto el contraste que se logra es máximo.
Esquema de Colores Complementarios por Opuestos
http://www.delyrarte.com.ar/sitio/discol10.html
Esto se denomina “armonía de contraste de opuestos o complementarios” o “armonías por complemento directo”. Los siguientes son los colores complementarios u opuestos más obvios originados de un círculo cromático: verde y rojo, naranja y azul, violeta y amarillo. Pero este nivel de abstracción es demasiado básico y no incluye otros factores que le dan efectividad al cualquier esquema que utilicemos en obras de paisajismo.
Podemos hacer contrastes atendiendo la luminosidad y la saturación. La luminosidad es la cantidad de luz que hay en el color, o el claroscuro. En la foto de arriba se puede observar una combinación donde mayor cantidad de púrpura oscuro resalta el amarillento ocre más luminoso. Foto de Guillermo Chaves.
Una obra trascendental que construye una teoría que revolucionaria la relación entre los colores es; Los principios de armonía y contraste de los colores y su aplicación en las artes, del colorista francés Michel Eugène Chevreul, que en principio regirían las estrategias empleadas por los pintores, especialmente los impresionistas, los neo-impresionistas y otras escuelas pictóricas. En esencia, ha constituido la base de todas las enseñanzas sobre el color impartidas en las escuelas de arte. Gracias a este libro Gertrude Jekyll fue la primera en aplicar la teoría del color a sus arriates o bordes herbáceos de sus jardines proyectados a gran escala. Las teorías de Chevreul eran apropiadas para plantar y facilitar armonías, contrastes y triadas de colores.
Esquema cromático usando contrastes de color y luminosidad. En la foto se logra un efecto de mayor profundidad si se colocan los altos contrastes en primer plano y las gamas armónicas, en este caso los verdes, en el plano de fondo. Foto de Guillermo Chaves.
Al usar un esquema de complementarios, es importante elegir un color dominante y utilizar su color opuesto para acentuarlo, usando proporciones diferentes ya sea para resaltar un color a través del contraste de cantidad. Este tipo de contraste procede de la relación cuantitativa entre dos o más colores y se basó inicialmente en escalas matemáticas propuestas por Goethe y posteriormente completadas por Eugene Chevreul, que atribuyen un valor determinado a los colores (ver la herramienta número cuatro en construcción).
Hoy también contamos con otros conceptos que completan este principio inicial; la proporción cromática, que en composición cromática es la relación de cantidad con que aparece un color con respecto a otro. En paisajismo hablamos de masa de un color determinado con respecto a otro, o con respecto al área total. Hay que recordar que muchas veces dependemos de floraciones estacionales y coordinadas entre especies vegetales, o del colorido del follaje para crear un porcentaje de área adecuado a nuestro concepto de composición cromática. Igualmente relevante es el factor de vecindad cromática, es decir la posición de esa masa colorida respecto de los vecinos.
Hoy también contamos con otros conceptos que completan este principio inicial; la proporción cromática, que en composición cromática es la relación de cantidad con que aparece un color con respecto a otro. En paisajismo hablamos de masa de un color determinado con respecto a otro, o con respecto al área total. Hay que recordar que muchas veces dependemos de floraciones estacionales y coordinadas entre especies vegetales, o del colorido del follaje para crear un porcentaje de área adecuado a nuestro concepto de composición cromática. Igualmente relevante es el factor de vecindad cromática, es decir la posición de esa masa colorida respecto de los vecinos.
Los paisajistas conocemos muy bien que la visión del color depende de su entorno, de los colores con los que se relacionan: el azul se intensifica al contacto con su pigmento complementario, el naranja y así sucesivamente con cualquier color. En 1881 el pintor George Seraut dibuja un diagrama/disco en el que reúne todos los colores del arco iris, de forma que con una rápida mirada pudiera identificarse el complementario de cualquier color.
Arriba Izquierda: Michel Eugène Chevreul. Círculo Cromático (1864) M. C. Chevreul, Des couleurs et leurs applications aux arts industriels. A l‘aide de cercles chromatiques, París 1864
Arriba Derecha: Ogden N. Rood. Diagrama de los contrastes complementarios (1881) O.N. Rood, Théorie Scientifique des couleurs et leurs applications àt l‘art et à l‘industrie, París 1881
La armonización del color en paisajismo y horticultura, depende de la relación de unos con otros, lo que se logra generalmente con un color dominante y evitando la competencia entre los colores que se igualan en valor o intensidad.
Existen muchas relaciones bien logradas de los complementarios en la que aparece un color dominante, uno subordinado con uno neutro. Hay que tener presente que un color cálido resalta más con negro o gris oscuro, mientras que el frío lo hace con blanco o gris ligero. La armonía se puede lograr también al resaltar los contrastes entre claros y obscuros.
Al usar los pares de colores complementarios, la mayor parte de los casos, se aplican balanceandolos asimétricamente, es decir que uno de ellos tiene una intervención menor, de manera que se enriquezca y refuerce a su oponente y se logre una armonización con él.