Arquitecto- Paisajista
Guillermo Chaves Hernández
Ilustraciones de cítricos del códice Plantarum seu stirpium historia de Mathias Lobel
La taxonomía es una rama de la botánica que se dedica a la clasificación de los seres vivientes y por decirlo de alguna forma, les da un nombre con el cual identificar una especie de otra. Lo que para mí es más interesante de constatar por observación es que hay plantas de todas clases que nos son útiles a las que les conocemos sus nombres vernaculares como parte de una tradición oral. A la mayoría de estas identificaciones las conocemos como nombre común o vulgar, y en términos de la disciplina profesional del paisajista tiene un uso limitado, sirven sobre todo para comunicarse con los jardineros y viveristas como una manera rápida y fácil de llamar al tipo de plantas que se usará en un diseño. Muchos viveristas están viendo la necesidad de conocer el nombre científico porque si se entregan diseños o planos paisajísticos, se emitirán los nombres científicos de las plantas junto a otras características pertinentes. Muchas personas conocen mejor el tipo nombre común, pero la dificultad surge cuando hay que hacer un trabajo profesional o cuando tiene que ser compartida la información en otros países, aun hablando el mismo idioma se constatan diferencias importantes; y más si se habla en otra lengua. Los nombres varían enormemente de una zona del país a otra, y más aun si se cruzan las fronteras. La identificación y clasificación científica de especies ayuda a profesionales y científicos a hablar un mismo “idioma”.
La taxonomía o la identificación sistemática fue el principal campo de la actividad botánica hasta hace aproximadamente un siglo e incluía la clasificación de plantas y que ahora llamamos taxonomía vegetal o botánica sistemática.
Desde épocas remotas el hombre se ha preocupado por ordenar y clasificar la enorme diversidad de seres vivos que tiene a su alrededor. En la antigüedad, el gran filósofo Aristóteles propuso en un primer intento de agrupación de los seres vivos pero fue un discípulo y ayudante suyo el que hizo el mayor aporte a la ciencia botánica. La denominación y clasificación se remonta a Teofrasto de Ereso (370-285 a.de C.), durante la mayor parte de su vida vivió en medio de un jardín botánico fundado por Aristóteles en Atenas y allí escribió varias obras. En el libro Historia Plantarum se reconocen, entre otras aportaciones, que reconoció y descubrió familias y géneros.
Después se escribirían varios libros de botánica de importancia trascendental para esta ciencia y que serían conocidos como códices, todos estos documentos están bellamente ilustrados y constituye todo una curiosidad disfrutar de los dibujos y grabados que lo componen. El códice Aniciae Julianae por ejemplo, es un volumen del que no se puede exagerar su importancia histórica. Este representa no solo el más significativo documento existente del periodo bizantino de contenido secular, sino también la más antigua versión ilustrada del escritor Dioscarides. El Códice Aniciae julianae - también conocido como Codex Vindobonensis, o del Codex Byzantinus Dioscórides de Viena – es la copia más antigua y prestigiosa de De Materia Médica del médico griego Pedanio Dioscórides Anazarbeo (Anazarbus, Cilicia, en Asia Menor, c. 40 - c. 90) quien fue un médico, farmacólogo y botánico de la antigua Grecia. Su De Materia Medica alcanzó una amplia difusión y se convirtió en el principal manual de farmacopea durante toda la Edad Media y el Renacimiento. Aniciae Julianae data de comienzos del siglo VI, y fue copiado para uso de la patricia romana Anicia Juliana, (de allí su nombre), hija del emperador Anicio Olibrio.
Ilustración de Capparis spinosa del Codex Aniciae Julianae
Por más de 1500 años este trabajo que concierne a las medicinas y los tratamientos, contenía también los dibujos del reino de las plantas, los animales y minerales que formaban parte indiscutible del conocimiento de los médicos y farmacéuticos – casi como la sacrosanta Biblia para los cristianos. Igualmente grande fue el interés de los códices posteriores a Dioscarides, que sobrevivieron en una confusa masa de copias y trascripciones, y que frecuentemente se acompañada de notas, comentarios y material suplementario. La versión del que se muestran los grabados es del año 512. Es el más famoso manuscrito preservado está en Austria y fue recientemente incluido por la UNESCO en la lista de la “Memoria de la Tierra”. Otros manuscritos legendarios fueron escritos por los herbolarios del siglo XVI, principalmente alemanes, también ingleses y alemanes estimularon la clasificación de plantas, aunque se interesaban principalmente en sus aplicaciones medicinales.
Entre los más famosos y antiguos códices están los escritos por Leonhart Fuchs, el primero llamado Códice Fuchs que es el más significante manuscrito botánico ilustrado del Renacimiento. Aunque nunca fue publicado, fue conocido por un estrecho círculo de especialistas. Este contiene dibujos de la planta del maíz, con la flor y sus frutos. Representa la más antigua ilustración europea de este cultivo comercial originario de América. Leonhart Fuchs no fue famoso por este manuscrito y otros posteriores que no fueron publicados, sino por su herbario publicado en 1542, que contenía 517 grabados del manuscrito. De historia stirpium es uno de los “cien libros que cambiaron el mundo”, y ha llegado a nosotros innumerable cantidad de de traducciones, adaptaciones, notas, adiciones y comentarios. Hay una versión que fue adquirida por Francisco I, Emperador de Austria en el siglo XVII. La representación pictórica del autor y sus colaboradores no tiene antecedentes en la literatura botánica.
Gracias a muchos antiguos códices que se hicieron hace siglos, tenemos las primeras descripciones y referencias de las especies de flora y fauna de América. Son importantes las narraciones de Fernández de Oviedo y Valdés (1535), y Francisco Hernández (1570-1575) quien fue el primer cronista del Nuevo Mundo. Este último fue médico de cámara del rey Felipe II y realizó un inventario de las riquezas naturales de México. Se sabe que las tribus indígenas altamente civilizadas, como las mexicas, eran muy adelantados en las ciencias naturales y especialmente la botánica. Hacían uso de las plantas ampliamente en su vida cotidiana, como alimento, medicina, economía doméstica, prácticas religiosas y políticas. Como buenos naturistas conocieron sus principales grupos taxonómicos. A las cactáceas, por ejemplo, las dividieron en cuatro grupos: a Opuntia le nombraban nochtli; a Cereus tenochtli; a los cactus, comitl; y al Ephiphyllum le llamaban quezatiquitzi. Son importantes los códices como el De la Cruz-Badiano (1552), el Florentino (1553) y el Mendocino (1535-1550).
Aun en el siglo XVII se aceptaba la clasificación aristostélica y la habían ampliado agrupando hierbas, semiarbustos, arbustos y árboles. En esta época cada autor usaba un idioma distinto para clasificar las plantas. Se hacían algunos comentarios y se señalaban cualidades medicinales.
El sistema actual de nomenclatura vegetal se debe a que en el siglo XVIII el científico sueco Karl Von Linné (1707-1778) preparó el primer sistema efectivo de clasificación de los seres vivos. Creó un sistema artificial basado en la similitud de alguna característica de los animales y en la estructura de los órganos de reproducción de las plantas. Linné promovió un nuevo método de clasificación de los vegetales basado en el número y disposición de los órganos reproductores de la flor; su nueva propuesta obligaba a incluir despieces florales junto a la representación tradicional del vegetal.
Clases del sistema de clasificación de Linneo. Species Plantarum, 1736
La idea contó con un colaborador excepcional, el pintor Georg Dionys Ehret, que incorporó a los dibujos preparados por él para el Hortus Cliffortanus (Amsterdam, 1737-1738) los estambres, pistilos y estigmas sugeridos por Linné. Esta idea concebida para un florilegium habría de generalizarse en las posteriores iconografías botánicas. Antes de Linneo (como se llama en español) era costumbre designar las plantas por un solo nombre seguido de una serie de adjetivos descriptivos. Linneo estableció lo que se ha denominado sistema binómico de nomenclatura, que consiste en denominar la planta por dos nombres, uno correspondiente al género y otro a la especie. Además de la utilización del sistema binario, otro aporte suyo fue la normalización de la nomenclatura al usar solo el latín, que era el idioma utilizado por los estudiosos de la época. Este fue un importantísimo logro que resultó vital en un momento en que las expediciones de exploración aumentaban y había un torrente de nuevos descubrimientos que hizo urgente y necesario la clasificación e identificación.
Species Plantarum fue publicado en 1753, como un trabajo en dos volúmenes por Linneo. Su importancia radica en que es el punto de partida de la nomenclatura botánica que se usa hoy en día.
El sistema moderno establece que cada ser viviente pertenece a un reino, especie, género, familia, orden, clase, y una rama en el caso de las plantas. A veces cada una de las divisiones se subdivide en subespecies, subgéneros, subfamilias, etc.
Para el paisajista, la taxonomía es una herramienta útil para identificar correctamente cada especie y de estandarizar el lenguaje con el que puede ser entendido en cualquier parte del mundo. Esta sistematización es una manera de reconocer grupos de plantas emparentadas, diferentes estadios de evolución de las especies y sirven si se quiere como tema de diseño, o puede servir para plantear proyectos con contenidos por afinidad taxonómica. Es el caso de jardines donde ser crean colecciones botánicas, jardines temáticos por grupos emparentados genéticamente, o simplemente grupos de plantas afines. Para el paisajista es necesario aprender y fomentar el conocimiento especializado en este campo, por no hablar de las muchas ventajas que ofrece hablar un mismo idioma a nivel mundial.
A lo largo de la Historia se han producido diferentes clasificaciones, la predominante desde el siglo XVIII se basa en el "sistema sexual", y fue la que propuso Linneo. El sistema más reciente es el Angiosperm Phylogeny Group (APG), que está basado en el ADN y por lo tanto representa la clasificación más estable y precisa en la actualidad. La APG, o clasificación filogenética, es una clasificación científica de las especies basada únicamente en las relaciones de proximidad evolutiva entre especies, reconstruyendo la historia de su diversificación (filogénesis) desde el origen de la vida en la Tierra hasta la actualidad. Se basa en el cómo las plantas han evolucionado y tiene como objetivo identificar los ancestros comunes de las plantas actuales.
En los últimos años ha habido una evolución importante en nuestra comprensión de cómo las plantas se relacionan entre sí. Este trabajo ha sido realizado por científicos de todo el mundo, usando las características moleculares y la secuenciación de genes del ADN. La nueva clasificación se le denomina "Angiosperm Phylogeny Group" de plantas con flores (APGIII).
Ananas
Georg Dionysius Ehret
Reproduced from, Plantae Selectae, quarum imagines ad exemplaria naturalia Londini in Hortis Curiosorum nutrita manu artificiosa doctaque pinxit Georgius Dionysius Ehret;..in aes incidit et vivis coloribus repraesentavit primum Johannes Jacobus Haid, inde Johanes Elias Haid, filius. Per decades editae. Published in Nuremberg, 1750-73.
Walter H Lack, Hans Walter Lack. Garden of Eden: masterpieces of botanical illustration. Edición Taschen, 2008
Otras fuentes consultadas: