Fotos de Guillermo Chaves Hernández. Playa Naranjo, Costa Rica.
Esta es la danza de la vida en la tierra; la misma del
movimiento en los remansos latentes de los elementos. Balance inabarcable de
alas que se agitan para mover el viento y agitar el corazón.
Ritmos del firmamento en expansión, de los cuales la alquimia apenas descifra su grandeza y si acaso reconoce algunos de sus reinos cristalinos. Singular creación que nace, muere y renace, casi toda agua, en gran parte aire…toda luz.
Escucharla conmueve y
hace propio el camino de retorno. La
pretérita romanza se refiere al rumbo de donde vinimos y del que ya no nos
acordamos. Algo se renueva y se expande
sin una pauta reconocible, pero qué importa!
Hagamos serena su esencia y volvamos. Seamos uno con sus ofrecimientos, naciente cristalina.
Observo su melodía y me reflejo en lo que es. Me reconozco como la culminación de un camino. Disfruto por solo el hecho de imaginar contemplarla como un iluminado. Lo tierno ya emergió y lo respiro para que culmine unificada.
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