Arquitecto-Paisajista Guillermo Chaves Hernández
Follaje de un árbol de Monteverde, Costa Rica.
Las plantas, especialmente los árboles, pueden proveer muchos beneficios funcionales en un entorno urbano, de hecho hacen una labor silenciosa y eficiente que hace nuestra vida más agradable y llevadera. Son tan valiosos como vitales para protegernos de nuestra propia contaminación, van mucho más allá de su importancia estética o su valor “ornamental”. Una breve enumeración, muy parcial, de algunos de estos aportes de la vegetación es:
· Modifican el clima urbano estabilizando la temperatura y elevando los niveles de humedad al enfriar el aire alrededor de ellos a través del efecto de evapotranspiración. Además las hojas de los árboles, al cerrar el paso del sol, permiten que se enfríen las llamadas islas de calor, generadas por la mancha urbana. En la verano, la temperatura del asfalto bajo la sombra de un árbol puede ser 20° menor que a pleno sol, y gracias a las copas de los árboles adultos, el aire puede ser tres o cuatro grados más fresco.
· Árboles de altura variable ayudan a reducir el deslumbramiento de superficies de pavimento o de paredes de edificios, haciendo el tráfico peatonal y vehicular más confortable. Las plantas pueden obstruir y filtrar la radiación solar y reducir su reflexión. Bajo un árbol que obstruya completamente la radiación se siente más fresco que si solo la filtrara. Las plantas oscuras con hojas pequeñas reducen la reflexión más efectivamente.
Roble sabana, Tabebuia rosea, frente al Teatro Nacional de Costa Rica.
· Son los pulmones urbanos ya que incorporan oxígeno en la atmósfera (1 m² de superficie de hojas produce aprox. 1.07 Kg de O² por hora.
· Las plantas sirven para filtrar y reodorizar el aire, además tienen la habilidad de reducir la polución. Los espacios llenos de vegetación filtran la contaminación, atrapan las partículas de suciedad y hollín e inclusive puede limpiar el aire de productos químicos peligrosos. Tallos y hojas promueven la deposición de sedimentos, la fotosíntesis contribuye a remover los contaminantes dañinos, la absorción de elementos a base de petróleo previene que los cuerpos de agua los reciban, y si hay un sistema denso de raíces, las plantas estabilizan el suelo y retienen sedimento, las impurezas penetran a la tierra donde se degradan.
· Las plantas remueven los contaminantes del aire por un proceso que tiene lugar a escala microscópica. Las estomas o pequeños agujeros, en el envés donde la hoja al transpirar devuelven la humedad a la atmósfera. La humedad atrae contaminantes del aire. Los contaminantes cambian a otra forma cayendo a través de la planta a la zona de la raíz, donde la acción microbial cambia la contaminación por compuestos no amenazantes.
· Son filtros de aire interior, especialmente en oficinas y casas. La profesora Margaret Burchett de la Universidad Tecnológica de Sydney, y un investigadores probaron con siete especies diferentes de plantas de interior en contenedores de 200 litros, encontrando que los contaminantes son removidos del aire predominantemente por actividades metabólicas de los microorganismos asociados al suelo, en las raíces de las plantas. Se creía que al tener mucha área en la superficie de sus hojas, la mayoría de los contaminantes se filtraban por allí cuando pasan a través de los pequeños poros. No obstante, aun cuando las plantas sean cubiertas con plástico negro para reducir su nivel de metabolismo, los contaminantes son removidos del aire. Esta es una clara indicación de que los microorganismos en el sustrato son los que hacen el trabajo. Estos microorganismos del suelo existen en una relación simbiótica con la planta, proveyendo a ésta de los nutrientes inorgánicos desde el suelo y recibiendo ellos de la planta otros, por la vía de las raíces. Plantas de nuestro bosques como la Spathiphyllum ssp. (calita blanca) que crece bien con bajos niveles de luz y es un eficiente acarreador de muchos químicos y una de las más eficientes removedoras de bioefluentes.
Follaje de un árbol de Monteverde, Costa Rica.
· Tiene cierta capacidad para proteger de vientos fuertes, Una plantación densa puede reducir la velocidad del viento de 75% a 85%. La altura y penetrabilidad de la vegetación es el factor de mayor significancia para reducir el viento, más que el ancho de la plantación.
· Crea espacios externos, dirige circulaciones. Los árboles sirven para definir ambientes “arquitectónicos”, creando espacio, pueden funcionar como si fueran pisos, paredes y techos que establecen envolventes espaciales. Ocultando y enmarcan vistas, etc. Demarcar límites y zonas, enlazar y relacionar los espacios construidos. Canalizar las vistas. Proporcionan aislamiento, protección y pueden crear barreras visuales eficientes. Proporcionan contraste en forma, textura o color suavizando las masas de concreto y pavimentos.
Estos son unos pocos de los beneficios más característicos de tipo “funcional” que obtenemos de las plantas. Hay otros beneficios que tiene un carácter social, ecológico, de estética urbana, etc, de los que luego escribiré.
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