Guillermo Chaves Hernández
Bosquejo del autor para una propuesta de paisajismo en los lados de una carretera. Se puede ver que hay un criterio general de uso del color y del manejo de coberturas, setos y estratos arbustivos.
Para los arquitectos paisajistas la horticultura es un campo de la ciencia intrínsecamente asociado a la profesión. El conocimiento exhaustivo de todas las variables involucradas en la producción hortícola es, no solo deseable sino imprescindible. También es su deber el incorporar cada vez en mayor número y diversidad la flora nativa, conservar y mejorar los ecosistemas con todos sus elementos constituyentes, incluyendo obviamente la fauna. Hace mucha falta hacerle entender a los productores hortícolas que hay una demanda creciente por plantas propias para cada "biotopo" y que cada vez hay más conciencia de su importancia.
Ahora sabemos que los primeros intercambios de plantas cultivadas se daban con fines utilitarios desde el inicio mismo de nuestra vida en sociedad. El ser humano necesitaba llevar consigo los productos necesarios para su subsistencia e intercambiarlos con otros productos necesarios o suntuosos que en las mismas sociedades no era viable producirlas.
En el continente americano sabemos que la semilla del cacao, que era de un árbol tropical, sirvió como producto de comercio entre las tribus centroamericanas con las de lugares más al norte, como los aztecas. Para los mayas las conchas rojas (del género Spondylus), las semillas de cacao y mantas de algodón eran como la moneda de uso actual.
Después del año 1500, cuando inició la conquista del continente americano por los europeos. Se necesitaron solamente 100 años para que los colonos se difundieran de costa a costa, estableciendo asentamientos humanos y explotando los recursos. Esto marca el inicio de un gran intercambio comercial y la transformación paulatina del paisaje.
Etimología de horticultura
Ahora sabemos que los primeros intercambios de plantas cultivadas se daban con fines utilitarios desde el inicio mismo de nuestra vida en sociedad. El ser humano necesitaba llevar consigo los productos necesarios para su subsistencia e intercambiarlos con otros productos necesarios o suntuosos que en las mismas sociedades no era viable producirlas.
En el continente americano sabemos que la semilla del cacao, que era de un árbol tropical, sirvió como producto de comercio entre las tribus centroamericanas con las de lugares más al norte, como los aztecas. Para los mayas las conchas rojas (del género Spondylus), las semillas de cacao y mantas de algodón eran como la moneda de uso actual.
Después del año 1500, cuando inició la conquista del continente americano por los europeos. Se necesitaron solamente 100 años para que los colonos se difundieran de costa a costa, estableciendo asentamientos humanos y explotando los recursos. Esto marca el inicio de un gran intercambio comercial y la transformación paulatina del paisaje.
Etimología de horticultura
La horticultura tiene dos acepciones, una es, “la ciencia o el arte de cultivar frutas, verduras, flores o plantas ornamentales” y la otra es, “el cultivo de un jardín”. Se ve más como una rama de la agricultura, aunque originalmente se refería al cultivo del jardín. Ahora se aplica más para denotar la producción intensiva de frutas, hortalizas y plantas ornamentales pero también incluye productos tales como las plantas aromáticas y medicinales, las ornamentales, plantas para el paisajismo y el manejo de los céspedes. La etimología de horticultura se encuentra en el latín hortus = jardín y la raíz col-, cul- (del latín colo, cultum) está presente en numerosos cultismos compuestos y derivados como colono, colonia, culto, cultivo, cultura, agrícola, sericultor, horticultura. El significado de esta raíz es; cultivar, habitar.
Jardín hortícola con arbustos de romero y canela, plantas de lavanda y salvia, entre otras. Vivero Bios en San Antonio de Escazú.
Horticultura en Costa Rica
Horticultura en Costa Rica
Costa Rica, por estar situada en la región tropical posee una alta diversidad de climas y fisiografías que le han permitido desarrollar exitosamente el cultivo de plantas de productos agrícoas y hornamentales para la exportación y ha dedicado miles de hectáreas a estos cultivos comerciales.
En el país hay zonas con mayor aptitud para los cultivos de una agricultura más diversificada y en las que se ha desarrollado con rapidez esta última actividad. Todos conocemos a la Región de las llanuras de San Carlos, o el Valle del Guarco como sitios óptimos. Para Costa Rica las exportaciones MUNDIALES de plantas ornamentales representaron el 1% de la producción nacional, especialmente para el mercado de Europa y los Estados Unidos. Esto es una ventaja comercial bastante importante aunque, por otro lado, la desventaja es que mucho del paisajismo y la jardinería se ha hecho con los remanentes de la exportación de dichos productos. Casi todas las plantas que no pasan el control de calidad, o que por alguna razón no se venden, se quedan en el mercado local. Esta sobreoferta ha provocado que especies como el Ficus benjamina, la palma Areca y Phoenix, por ejemplo, se hayan convertido en “una especie de plaga nacional”. Lo peor es que el desplazamiento de la flora nativa es inclemente y la renombrada diversidad en los ecosistemas y paisajes se conviertan en una uniformidad paisajística que atenta contra la diversidad biológica. Tantos ficus benjaminas se ven en las zonas costera como en el Área Metropolitana y de sur a norte del país.
En el país hay zonas con mayor aptitud para los cultivos de una agricultura más diversificada y en las que se ha desarrollado con rapidez esta última actividad. Todos conocemos a la Región de las llanuras de San Carlos, o el Valle del Guarco como sitios óptimos. Para Costa Rica las exportaciones MUNDIALES de plantas ornamentales representaron el 1% de la producción nacional, especialmente para el mercado de Europa y los Estados Unidos. Esto es una ventaja comercial bastante importante aunque, por otro lado, la desventaja es que mucho del paisajismo y la jardinería se ha hecho con los remanentes de la exportación de dichos productos. Casi todas las plantas que no pasan el control de calidad, o que por alguna razón no se venden, se quedan en el mercado local. Esta sobreoferta ha provocado que especies como el Ficus benjamina, la palma Areca y Phoenix, por ejemplo, se hayan convertido en “una especie de plaga nacional”. Lo peor es que el desplazamiento de la flora nativa es inclemente y la renombrada diversidad en los ecosistemas y paisajes se conviertan en una uniformidad paisajística que atenta contra la diversidad biológica. Tantos ficus benjaminas se ven en las zonas costera como en el Área Metropolitana y de sur a norte del país.
Propuesta de paisajismo para un lugar de juegos para niños que incorpora la horticultura a las áreas de juego. Diseño y dibujo de Guillermo Chaves.
Muchas de estas especies introducidas se escapan o aparecen en sitios protegidos. Estas especies pueden establecerse o naturalizarse formando poblaciones autosuficientes convirtiéndose en una especie invasora, especialmente problemáticas en áreas dedicadas a la conservación. “Las especies invasoras son animales, plantas u otros organismos transportados e introducidos por el ser humano en lugares fuera de su área de distribución natural y que han conseguido establecerse y dispersarse en la nueva región, donde resultan dañinos”. (1)
También las plantas ornamentales nativas o naturalizadas que conformaban toda una tipología en los jardines vernaculares fueron desplazadas por estas plantas de precios accesibles y fácil cultivo. Muchas plantas nuestras han sido mejoradas para la producción extranjera, y ni siquiera se asoman por nuestros viveros.
Las plantas ornamentales nativas no son del interés de los viveristas y otros inversionistas, que no ven posibilidades comerciales en estos productos tan locales y en un mercado por ahora tan restringido. Hay que decir también que muchos no valoran la inversión y el trabajo exhaustivo que significa sacar una nueva especie ornamental, todavía somos un mercado pequeño.
Foto de Guillermo Chaves de una Gunnera que es una planta con un gran potencial para nuestros jardines y que no se consigue de manera comercial en ningún vivero.
Las plantas ornamentales nativas no son del interés de los viveristas y otros inversionistas, que no ven posibilidades comerciales en estos productos tan locales y en un mercado por ahora tan restringido. Hay que decir también que muchos no valoran la inversión y el trabajo exhaustivo que significa sacar una nueva especie ornamental, todavía somos un mercado pequeño.
Hace falta mucha investigación para satisfacer la demanda de plantas que requieren colocarse en un ecosistema preciso y creando asociaciones ecológicas que respeten el entorno, o que tienen que adaptarse a un entorno más exigente o adverso, tal como el medio urbano.
Mayor diversidad en plantas nativas para uso ornamental exige investigación sobre la especie misma ante situaciones cambiantes, guías para adecuarlas a las zonas de vida, estudios sobre la adaptación de las especies a entornos difíciles. Condiciones para su mantenimiento y manejo.
Estudiar cuales con las relaciones de interdependencia entre las especies vegetales y animales entre otros temas especializados es sumamente importante. Sin embargo, también contamos con una cultura popular y un bagaje histórico que nos puede dar guías de cómo son nuestras especies locales. La gente idónea para que proyecten esta sabiduría de los bosques son los descendientes de las culturas indígenas nativas americanas, que habían desarrollado sistemas sociales relativamente complejos, adaptados a su medio ambiente y en estrecha relación con lo que los bosques ofrecían. Los campesinos y las señoras campesinas, expertas en sacar provecho de lo que el medio les ofrece. De todos ellos podemos aprender mucho.
Foto de Guillermo Chaves de un helecho Adiantum nativo y con un gran potencial para nuestros jardines.
Estudiar cuales con las relaciones de interdependencia entre las especies vegetales y animales entre otros temas especializados es sumamente importante. Sin embargo, también contamos con una cultura popular y un bagaje histórico que nos puede dar guías de cómo son nuestras especies locales. La gente idónea para que proyecten esta sabiduría de los bosques son los descendientes de las culturas indígenas nativas americanas, que habían desarrollado sistemas sociales relativamente complejos, adaptados a su medio ambiente y en estrecha relación con lo que los bosques ofrecían. Los campesinos y las señoras campesinas, expertas en sacar provecho de lo que el medio les ofrece. De todos ellos podemos aprender mucho.
Propuesta de una jardín "xerofítico" en una zona de Guanacaste. Diseño y dibujo de Guillermo Chaves
Por otra parte se necesita más conocimiento en la horticultura biológica, que trabaja con los ecosistemas de forma integrada; en formas mantener y mejorar la fertilidad de los suelos; el control biológico de plagas, entre otros objetivos.
La horticultura y el paisajismo se pueden unir para, por ejemplo, producir alimentos y jardines libres de residuos químicos, utilizar el mayor número de recursos renovables, buscar formas para mantener la diversidad genética del sistema y de su entorno. Hay que eliminar la práctica depredadora de sacar del bosque especies valiosas como las orquídeas, para satisfacer un mercado bastante inconsciente y cortoplacista.
La horticultura y el paisajismo se pueden unir para, por ejemplo, producir alimentos y jardines libres de residuos químicos, utilizar el mayor número de recursos renovables, buscar formas para mantener la diversidad genética del sistema y de su entorno. Hay que eliminar la práctica depredadora de sacar del bosque especies valiosas como las orquídeas, para satisfacer un mercado bastante inconsciente y cortoplacista.
Hay muchos campos de acción de la producción horticultura asociadas al paisajismo en el trópico. En esta lista parcial podemos encontrar en el país:
- Plantas tropicales ornamentales de para follaje y/o flor.
- Especies para arboricultura urbana, especies arbustivas para setos, cercas, etc. y Palmas.
- Las hierbas culinarias, medicinales y especias.
- Diferentes tipos de césped con variedades para requerimientos específicos.
- Plantas para bonsáis y topiarios.
- Plantas con requerimientos especiales como xerojardinería, y jardines frente al mar.
- Plantas para humedales, jardines acuáticos, en condiciones de salinidad, etc.
- Plantas de interior, para maceteros, con o sin floraciones.
- Y Muchas otras posibilidades.
Planta trepadora de la que desconozco su nombre científico y que muestra una floración copiosa. Foto de Guillermo Chaves.
(1) Vargas, Orlando. Charla: Plantas invasoras, un problema en áreas protegidas, 2010
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Muy buena nota sobre la Horticultura, vinculada el proyecto de paisaje. Esta propuesta es muy interesante vincularla a los cinturones urbanos. Considero que estos lugares de las ciudades pueden ser las mas ricas en el sentido de heterogeneidad de las personas que lo habitan. Puede ser una buena manera de vincular a los habitantes. Se podría encontrar con este recurso una forma de paisaje sostenible y sustentable.
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