Tortuguero
es un lugar extraordinario; nos seduce por ser un paisaje completamente anfibio
donde el predominio del agua es
absoluto. Es el medio donde toda la vida
fluye y sustancia que soporta su entramado vital. El agua fue el potente
catalizador que constituyó la base del océano
primigenio en la que los gérmenes de todos los seres iniciaron en la
creación. Este gran océano se quedó aquí para asegurar la vida y su evolución. En
Tortuguero parece que fue ayer
cuando inició todo este proceso.
Cuando
pienso en “la materia” que nos constituye como humanos no deja de sorprenderme que
el agua es del 75 al 90 % de nosotros. Somos seres anfibios dada esta importante
proporción. En el agua fluye toda idea y pensamiento humano. Hoy es necesario
repensar nuestra relación con ella de manera que nos lleve a una comunión con
nuestra naturaleza esencial y dejar esa relación tan dañina y abusiva con
nuestro entorno natural. En el agua discurre el flujo infinito de la vida, ella
lo sabe y por lo tanto es el reflejo de nuestra conciencia. Nosotros y el agua somos UNO. Debemos
trabajar pronto en una reestructuración vibracional de nuestra propia agua para
procurar la salud y el equilibrio de todas las formas de vida que comparten hoy
este punto en la evolución planetaria.
Tortuguero nos permite verificar que La Tierra es un
organismo vivo, que es parte de una vibración cósmica universal y de una danza
perfectamente equilibrada y armónica con el universo. En el cosmos todo está
interrelacionado, tal como sucede en cada ínfimo rincón de este Parque Nacional. Hay un orden natural
energético sincrónico fundamental que ha garantizado que todo hasta el momento
tenga su exacta dimensión y su razón de ser. Nuestra Madre Tierra es un ser vivo que ha
evolucionado en amplios ciclos, ritmos y pulsaciones, renovando la vida
constantemente, auto-regulándose y protegiéndose a sí misma y a todo lo que
acoge, dando el aspecto, diversidad e integridad al mundo actual que hoy es
perceptible para nosotros sobre todo en parajes tan hermosos como este.
En el Parque Nacional Tortuguero
nos encontramos con paisajes donde la preponderancia del agua recrea versiones
en acuarela de los bosques ribereños. No dejan de sorprendernos los espejos
inconmensurables que nos reproducen toda la paleta de verdes imaginables. Es
difícil estar en Tortuguero y no pensar que el ser humano aun no ha perdido su
capacidad de asombro antes estos paisajes sorprendentes. Aunque si parece haber
olvidado reverenciar y mostrar gratitud constante por el regalo de la vida en
este planeta.
Pensemos
otra vez; todos los seres vivos estamos adaptados a las fluctuaciones naturales y a la esencia
viva de la Tierra y en simbiosis con el medio ambiente. Conformamos una
única entidad viviente, con una conciencia única. Todo ser viviente juega un
papel delicado y determinante en la preservación de la integridad y el
equilibrio de la naturaleza. Los seres humanos estamos constituidos por una
biología especialmente adaptada para vibrar y sintonizar con este planeta. La
perfecta comunicación y sincronía con la vibración del planeta es parte de la
natural y necesaria interacción de la humanidad y debemos re-adaptarnos a su
latir. Somos cocreadores activos en plenitud de todas nuestras facultades. La
conciencia que desarrollemos para integrarnos con una vibración de compasión y
amor hará que nos conectemos con los bosques, relacionándonos con los árboles y
animales. Tortuguero nos demuestra que podemos coexistir en armonía con nuestro
medio si nos lo proponemos.
Los ríos y
canales de Tortuguero y sus impactantes reflejos sobre el agua. Este efecto
multiplicador de la superficie del agua reproduce una versión inversa del
enorme collage de diversidad que articula este paisaje tan particular. Aquí
salta a la vista la adaptación de todos los seres vivos a las fluctuaciones
naturales y a la esencia viva de la Tierra. Es una simbiosis categórica con el
medio ambiente que se manifiesta como una única entidad viviente. Cuando vemos
desde nuestro bote tantas formas de vida interactuando, nos damos cuenta que la
tierra sostiene y protege en su seno una enorme biodiversidad cuyo silencio aun
no comprendemos.
El agua es sobre todo fluir en
pequeños y grandes ciclos. En cada sucesión en los cambios de estado hacen de
la pureza su condición natural. Por eso decimos que el agua es un recurso
renovable y que tiene su propia capacidad de purificación. En el agua pura está
la armonía y la belleza de todas las formas de la vida, su mensaje es siempre
claro y cristalino.
Los largos paseos por los Canales
del Parque Nacional Tortuguero son la mejor opción para apreciar y estudiar la
inmensa variedad de especies vegetales y para poder observar la prolífica vida
animal, especialmente las aves, los reptiles y mamíferos que abundan en todo el
parque.
Garza Tigre. (Tigrisoma mexicanum) Bare-throated Tiger Heron, Parque Nacional
Tortuguero, Costa Rica.
Todos los
seres vivos estamos adaptados a las fluctuaciones naturales y a la esencia viva
de la Tierra y en simbiosis con el medio ambiente. Conformamos una única
entidad viviente, con una conciencia única. Todo ser viviente juega un papel
delicado y determinante en la preservación de la integridad y el equilibrio de
la naturaleza.
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